Diecisiete de los economistas más prestigiosos de Europa han suscrito un documento en el que reclaman al Banco Central Europeo que actúe para evitar el colapso de la deuda española e italiana, y en el que piden a la Unión Europea que acuerde un plan urgente para «mutualizar deuda. Los expertos advierten del enorme riesgo de una ruptura del euro y de los «castastróficos» costes que ello tendría para los países de la Unión Monetaria. «Una respuesta satisfactoria de la crisis debe ser colectiva e implica repartir cargas entre países; sin esta respuesta colectiva, el euro se desintegrará», alertan.
Los economistas, agrupados en el
Institute for New Economic Thinking, han titulado el documento ‘
Rompiendo el punto muerto: la senda hacia la salida de la crisis‘. Gran parte del valor reside tanto en el prestigio de los autores como de su procedencia de la mayoría de los países de la Unión Europea, tanto periféricos como los llamados ‘excedentarios’ (Alemania, Holanda, etc…).
Entre los españoles figuran Luis Garicano, del London School of Economics, o Guillermo de la Dehesa. También suscriben el documento los alemanes Lars Feld, de la Universidad de Friburgo y miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Finanzas alemán, yDaniel Gros, director del Centre for European Policy Studies; o el austriaco Dennis Snower, presidente del Kiel Institute for the World Economy.
Entre los planteamientos a corto plazo destacan «la mutualización parcial y temporal de la deuda«, es decir, la utilización de instrumentos para que la Unión Europea avale a los países endeudados.
Asimismo, los expertos pretenden que se ponga en marcha un«plan voluntario de restructuración de deuda«. El procedimiento consistiría cambiar los bonos existentes por unos nuevos que mantengan su rentabilidad, pero cuyo vencimiento se extienda en cinco años. Para incentivar a los acreedores a acogerse al programa, los nuevos bonos estarían garantizados a nivel europeo por el Mecanismo de Rescate (ESM).
No obstante, donde más incide el documento en la estrategia a corto plazo es en dotar de un «nuevo papel al Banco Central Europeo» de manera temporal. En concreto señalan en referencia a los problemas de España e Italia, que el BCE «puede y debe comprometerse con intervenciones más grandes en el mercado de deuda de las que tiene incluidas entre sus obligaciones».